Apelando a las normas de convivencia ciudadana, o quizás a la merma en la recaudación del impuesto de circulación y ORA a cuenta del incremento del uso bicicleta de unos ciudadanos mucho más concienciados que el Ayuntamiento de reducir los atascos y de la contaminación de humos y acústica. Los peregrinos tendrán que bajarse de su bicicleta en el Camino de Santiago.
Bajo sanción de 200 euros. Se prohibe la circulación de bicicletas en el Puente de San Marcos, la Catedral y un tramo de Burgo Nuevo. En los dos primeros lugares, la circulación de bicicletas se podría ordenar simplemente pintando en el suelo, en la margen izquierda en dirección al Crucero, un carril bici para los usuarios de la ciudad y para los peregrinos. El ancho del puente lo permite.
Resultaría desconcertante que uno de los enclaves de paso más simbólicos del Camino de Santiago que miles de peregrinos hacen al año en bicicleta y parada obligada. En lugar de ser promovido, sea sancionado.
Efectivamente el tramo de Burgo Nuevo efectivamente necesita una ordenación del la circulación peatonal y ciclista. Pero por el motivo de que a partir de primavera los hosteleros abusan de la ocupación de la vía pública. Aunque eso si, esto si son recaudaciones. Sencillamente marcando en el suelo el carril bici se puede dar continuidad a la circulación de bicicletas.